Hace meses que llevo sin escribir. Sinceramente creo que ha
habido cuestiones para hacer un buen artículo, pero no he tenido esas ganas de
ponerme delante del portátil durante unos minutos y molestarme en escribir unas
palabras. No ha sido hasta el día de ayer por la mañana, cuando viendo por Facebook un artículo de un
blog de información taurina, bastante eficiente y con una información muy
rigurosa, cuando me encuentro con un pequeño adelanto de lo que va a ser la
Feria de Otoño en Las Ventas.
Me causa sorpresa la encerrona del Maestro Abellán con seis
toros del Puerto. Creo que es una apuesta interesante por varios motivos. En
primer lugar, el Maestro lleva un buen año y ha dado la cara en plazas de
inferior categoría y en plazas de primera, como han sido las plazas de Madrid o
Valencia; y en segundo lugar, porque el maestro tiene “cojones” y va a salir a
por todas. Esto de las encerronas ya se sabe; igual sale todo “rodaó” como que
puede ser el mayor petardo del año. Vamos a confiar en el Maestro Abellán y en
sus ganas de triunfar. Respecto los toros no tengo mucha confianza. Si es
cierto que siempre suele romper algún animal de este hierro, pero no es menos
cierto que se trata de animales con escasa fuerza en muchas ocasiones y con
falta de recorrido. Veremos lo que ocurre ese día.
Ahora bien, la noticia que me sienta peor que un “palazo en
las costillas” es la posible presencia del Maestro Fandiño en Madrid… CON TOROS
DE NUÑEZ DEL CUVILLO… ¿Pero esto qué es? Si en alguien podría creer era en el
Maestro de Orduña –cosa que sigo haciendo- y al ver esta posible tarde en la
Plaza de Las Ventas, plaza que le ha empujado a lo alto del escalafón, se me cayó el alma al suelo. Un maestro como él, que
se ha jugado la vida con toros bravos, que el único toro con el que de verdad
está bien en el ruedo es con el toro más bravo, y que se tenga que anunciar con
esta “Ganadería” (por llamarlo de alguna manera) que desconoce la bravura y el trapío
me parece muy lamentable. Yo no digo que
no pueda torear toros de ganaderías más comerciales, pero es que los Cuvillos (“los
norit del Cuvillo” como algunos aficionados del 7 llaman) son unos animales que
no valen para Madrid por varias razones. En primer lugar, la falta de presencia
y trapío, ya que se tratan de unos animales muy anovillados y sin rematar en
los cuartos traseros. Segundo, la falta de fuerza que implica cuidar al toro al
máximo, desnaturalizando el sentido de la suerte de varas. Y en tercer lugar
por la falta de bravura, ya que les cuesta entrar al caballo horrores así como
que buscan la querencia muy pronto.
No piensen que soy un aficionado torista, que solo defiende el
animal bravo, con peso y que sea muy serio. Defiendo el toro bravo, el que
emociona, el que embiste largo y por debajo y esto lo defiendo indistintamente del
hierro en cuestión. Lógicamente lo hago teniendo en cuenta – o luchando por
ello día a día- del encaste de cada ganadería y teniendo mayor conocimiento de
las características y comportamiento de cada animal, sabiendo antes su origen y
procedencia. Dicho esto, los toros de Cuvillo no valen para Madrid, que es la
Plaza más importante del mundo y donde (al menos en teoría) van toros bravos y
con buena presencia y trapío. Pues bien, Cuvillo no tiene animales de esos
ahora mismo.
Esperemos que sepan reconducir esta contratación y consigan
cambiar de hierro. De lo contrario, la afición de Madrid se lo tendrá en cuenta
al Maestro de Orduña y con motivo.
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