En estos días estamos viviendo los aficionados al mundo del toro el drama de la feria de abril para este 2014. Es un drama porque hay una empresa acomodada en un trono donde no tiene rival para ser destronado y unos toreros que únicamente piensan en el dinero. Se han juntado dos "alimañas" por ambos lados. Y hay un único afectado: el toreo.
Sevilla ha sido afortunada por ver los triunfos recientes en el tiempo de Manzanares y Julián López. Han sido triunfos muy importantes y faenas muy del gusto sevillano. También han tenido a su duende, a su mito; a su artista: Morante. Esos triunfos y esos paseillos hechos por el diestro de la Puebla del Río son un privilegio. No lo discuto, al revés, los sevillanos han tenido más triunfos estos últimos años que los madrileños. También es un público elegante, educado, con sentimiento y que empuja a los toreros para arriba -recuerden el sexto toro de Manzanares en la encerrona. Pues bien, después de todo esto, llegan las figuras y dicen que no van a torear en Sevilla. ¿Es justo que renuncien a un coso que tanto les ha dado? ¿Es justo que Manzanares diga que no torea en una plaza que tanto le ha dado? ¿Es justo que Morante no haga el paseillo en su plaza por excelencia? En mi opinión no. Son unos toreros que se están acomodando en puestos altos del escalafón y que han confundido lo gordo con lo hinchado. Se están centrando en las "perras" y se les ha olvidado de manera fugaz todos los éxitos y buenos momentos vividos en el coso sevillano.
¿Pero llevan razón? Pues llevan razón en parte. La empresa tiene una prepotencia bárbara y ha hecho unas declaraciones incendiarias, pero también es cierto que llevan más razón que un santo en sus declaraciones. Por otro lado, ellos tienen que pagar bien a las figuras, porque por eso son figuras y deben de cobrar más dinero que otros toreros que están empezando u otros que están pasados y tiene hueco para abrir plaza. Por otro lado, han confundido esta exigencia, con coger y faltar el respeto a la afición del toreo, amenazando con su presencia en Sevilla. Deberían ceder un poco o sino, empezar a dar a la fiesta otro toque, otro sentido y más emoción. Los mimos que piden tanto dinero por tarde son los que exigen corridas de toros, compañeros de cartel y nunca se han dignado a matar toros de otro tipo de encaste que no sea Domecq.
En todas las negociaciones, ambas partes están obligadas a ceder para poder llegar a un acuerdo. En este caso, las figuras no ceden nada y la empresa toma una actitud defensiva y crítica con las figuras. Sin duda, la mayor culpa de todo la tiene "El Juli". Este diestro se cree un héroe superior de otro mundo y que hay que hacer lo que él diga. Cuenta con el apoyo de la prensa mediática y de muchos seguidores que son "mas papistas que el papa". Él quiere lo mejor para la Fiesta, pero a la vez, es el "cacique" de turno que se encarga de elegir toros, de hacer "bailes de corrales" en los reconocimientos, de torear toros afeitados... en fín, de llevar el toreo por su interés y no por el interés de la Fiesta.
No les da por tomar ejemplo de Fandiño o de Castaño. Que pena da la situación actual del toreo.
¡Que lástima!