15.M o mejor dicho: San Isidro Labrador, santo de la agricultura y al cuál se encomienda para que las cosechas sean fructíferas. Esa tarde torean en Madrid Julio Aparicio, Curro Díaz y Eduardo Gallo con toros de "el Ventorillo". Parecía que iba a ser una tarde más o menos normal, de feria, con dos toreros experimentados y con una cierta edad y con un Eduardo Gallo que la tarde pintaba para él según dejó entrever el día 6 de este con un toreo templado y elegante.
De grana y azabache iba vestido el "individuo" (hoy no encuentro otra palabra) que iba a amargar la tarde a los presentes. Un tipo que no toreó, que se limitó a hacer el "indio" ante unas 23.000 personas. Estoy sin palabras porque lo que he visto hoy, no lo he visto en mi vida ni en Madrid ni en plazas improvisadas en los pueblos.
Me pregunto que quien es el que tiene mas culpa, ¿el apoderado o el torero?. Digo esto porque su apoderado, Ortega Cano, me causa respeto como torero al saber que ha sido el único en indultar un toro en Madrid (Belador, de Victorino). Por ese detalle y por su experiencia como torero nada desdeñable, no entiendo como le firma dos corridas a su representado. ¿No le ha visto torear en el campo? ¿No sabe como está de ánimo? En fin, no lo entiendo y no lo puedo entender. Pero, ¿y el torero? ¿Qué culpa tiene? ¿Con que calificativos se le puede definir después de ver lo de esta tarde? Pues con la mano en el corazón es UN SINVERGÜENZA, UN CANALLA Y UN ESTAFADOR. Las razones por las que señalo estos descalificativos son las siguientes:
Julio Aparicio, el 15 de Mayo de 2012. |
Primero. A Madrid se viene a torear y no ha pasar un trámite porque es la primera plaza del mundo y como tal, se merece un respeto especial.
Segundo. Si no te ves en condiciones de torear no dejes que te firmen esas corridas para no hacer la risa ante más de 23.000 personas que es lo que ha hecho esta tarde y deja hueco a otros que se lo merecen más.
Tercero. Aunque no quieras ver al toro ni en pintura, como director de lidia a mas inri, debes de estar colocado en el ruedo en tu sitio y velar por los banderilleros a la hora que estos actúan poniendo las banderillas.
Cuarto. No declarar ante las cámaras que no ha podido torear porque con ese toro y con esos pitones es imposible practicar el toreo.
Quinto. Este tipo de las actuaciones se las permitieron en su momento Curro y Paula y, en la actualidad, Morante. Usted creo que no está a la altura de estos tres.
Seguiría escribiendo pero prefiero descansar y pensar que este tipo de actuaciones no se vuelvan a dar y, en el caso de que ocurran, el público esté soberano como siempre y responda con una buena bronca y una buena pitada que ese tipo de recompensas forman, han formado y formarán parte de el toreo para siempre.
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