domingo, 13 de enero de 2013

La "Talavantina" y la "Arrucina".


Cuando se dice que el toreo es cultura, se está haciendo referencia a que es un arte "cultivado" por la actuación de cada persona que forman parte de la fiesta. Así, por lo tanto, tenemos donde elegir y en este artículo vengo, humildemente, a señalar las diferencias que existen entre dos ejecuciones de muleta: la "arrucina" y la "talavantina". 

La "arrucina"

La primera se atribuye su creación a Carlos Arruza, diestro mexicano y rival directo de Manolete conocido como hoy día le llaman al maestro Padilla: "El ciclón". Es una suerte muy "mexicana" en el sentido de que el toreo mexicano tiene más movimiento y variedad que lo que estamos acostumbrados a ver en las grandes plazas de España, donde prima más la ortodoxia y el toreo al natural. En la foto se ve perfectamente la diferencia entre una y otra: la "talavantina" es una suerte más vertical y donde prima la quietud del torero y la "arrucina" es una suerte mucho más movida y con un toque estético distinto.


La "Talavantina"
No creo que tenga que seguir describiendo las diferencias entre una y otra. Por mi parte, como aficionado de la fiesta, señalo que la "talavantina" es una suerte distinta a la "arrucina" y atribuyo su creación al maestro extremeño Alejandro Talavante. Las atribuciones de las suertes siempre es un tema con mucha polémica y discusiones en cuanto a la creación de las mismas, pero también es conveniente sacar las diferencias entre las que sean similares para poder ir haciendo del toreo ese arte cultivado y poder demostrar a todo el mundo que el TOREO ES CULTURA.

2 comentarios:

  1. EL GENIO DE TALAVANTE

    “De Extremadura es el genio, que ha lidiado con ingenio.”

    El torero busca gloria,
    honrando su trayectoria,
    apela a la tauromaquia,
    al ingenio y a la magia.

    Dejándose así llevar,
    con talento, sin pensar,
    improvisando las suertes,
    sin miedo alguno a la muerte.

    Un extremeño, en el ruedo,
    se ha entregado con denuedo,
    muy bizarro, pa’ delante,
    Alejandro Talavante.

    Diestro osado, diferente,
    de los que sigue la gente,
    con un valor que se aprecia,
    hincado, como en la iglesia.

    Plaza, fiel adoratorio,
    luciendo gran repertorio,
    los tendidos puso que arde,
    con el quinto de la tarde.

    Se ha pasado a “Ballenito”
    por su cuerpo, bien juntito,
    posado en las arenillas,
    siete lances de rodillas.

    Una “arrucina” impensada,
    arte, estampa tan soñada,
    cambio de mano, aún postrado,
    pase de pecho inspirado.

    Cortos serán estos versos,
    pues, no obstante sus esfuerzos,
    Talavante pinchó en hueso,
    teniendo no más, por eso.

    Sensaciones encontradas,
    las emociones ahogadas,
    hasta el llanto contenido,
    por el triunfo no obtenido.

    Vuelta al coso, gallo en mano,
    ¡albricias, maestro hermano!,
    no todo son las orejas,
    si te aplicas, si no cejas.

    Aplausos te den la calma,
    la ovación arrulle tu alma,
    porque toreaste a tus anchas,
    Dios te dará mil revanchas.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 29 de mayo del 2015
    Reg. SEP Indautor No. (en trámite)

    ResponderEliminar
  2. Que ignorancia, hay muchas fotos de Carlos Arruza ejecutando ese pase con las zapatillas ancladas a la arena. A las cosas por su nombre, no se trata de dos suertes, es una sola: la arrucina

    ResponderEliminar