martes, 20 de noviembre de 2012

Talavante, así sí.


Hace unos días escribí un artículo sobre las declaraciones de Andrés Vázquez en las que daba su opinión sobre José Tomás. Esta semana vuelvo a escribir sobre una cuestión que, personalmente, me ha causado alegría escucharla en la prensa taurina especializada y otros medios de comunicación. 

El extremeño Alejandro Talavante ha pedido personalmente matar seis toros de Victorino Martín en Las Ventas. Además, ha pedido que sea en un día especial; un día fuera del abono isidril como puede ser la corrida de la Beneficencia. Personalmente, y es "tirarme de la moto", creo que pueda ser perfectamente Beneficencia ya que la empresa y su apoderado son lo mismo, Manuél Martín, y eso facilita la contratación . Además el cartel de la Beneficencia en muchas otras ocasiones ha sido compuesto por un solo matador y es un día especial para la afición de Madrid ya que es el día más importante en lo que a efectos taurinos y de resultado artístico se refiere. También hay que señalar que el encanto de la mítica ganadería de Victorino conforma un cartel especial y con muchos alicientes para que ese día este la plaza hasta la bandera.

Talavante, este año en la Beneficencia.
Analizando la posible tarde, en primer lugar me viene a la mente alguna faena de Talavante con un toro de Victorino. Yo no recuerdo ninguna y sinceramente no sé si habrá matado alguna corrida de ese hierro. Eso es un tema clave. Talavante está acostumbrado a matar corridas "fáciles" -en el mejor sentido de la palabra ya que ningún toro es fácil- y ponerse delante de seis Victorinos una misma tarde debe ser bastante complicado. El toro de Victorino tiene una embestida distinta a otros toros de encaste Domecq. Es un toro que se arranca pronto al cite y aprende muy rápido, con lo que hay que tener los "machos bien atados" para matar seis animales de ese tipo en una misma tarde. Como es lógico, a su favor tiene que el toro de Victorino cuando humilla es único y deja una especie de surco en la arena con su hocico, no por falta de fuerza, sino por ser toros que humillan mucho y dejan practicar un toreo de una ejecución muy bella.

En cuanto al planteamiento de esa tarde, hay que tener bien claro que en los seis toros no podremos ver faenas de dos orejas en cada uno ya que el desgate físico que exigen esos animales es tremendo. El diestro extremeño tendrá que fraccionar sus fuerzas y deberá intentar tocar pelo en al menos cuatro toros. No piensen que esto del toro son como las matemáticas en las que uno más uno siempre son dos; aquí prima la inexactitud y lo que puede parecer una tarde perfecta en la que coinciden día, lugar, toros y torero puede convertirse en el mayor petardo visto hasta entonces. Pero lo que si hay que tener claro que, si desde el principio, coinciden una serie de factores que pueden determinar de más clara el triunfo hay que acudir esa tarde a la plaza.

Espero que esa tarde se cumpla y se impriman los carteles con el nombre del extremeño únicamente anunciándose con la ganadería mítica y siempre querida por Madrid como es Victorino Martín. Con esas cosas y esas tardes se convierten los toreros en FIGURAS. 

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